Las estructuras de materiales compuestos, y especialmente aquellos que incorporan fibra de carbono, son mucho más complejas que las aleaciones metálicas isotrópicas, puesto que requieren un desarrollo más prolongado, amplios conocimientos y perfeccionamiento. La construcción de prototipos para evaluar varias configuraciones puede tardar años en obtener una estructura óptima, lo que es, por supuesto, no asumible económicamente. Las simulaciones numéricas pueden reducir significativamente el tiempo y esfuerzo necesarios, pero las herramientas de software de modelado y las infraestructuras HPC constituyen una gran inversión y exigen solucionar problemas de optimización con cientos de parámetros que requieren personal de ingeniería altamente cualificado.